Victor Lustig, el hombre que “vendió” la Torre Eiffel en dos ocasiones
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En la actualidad, la Torre Eiffel es quizá uno de los monumentos más importantes de Francia y una proeza de la construcción (Maurice Koechlin y Émile Nouguier diseñaron la torre y Alexandre Gustave Eiffel la construyó). Pero en la década de 1920 fue la excusa perfecta para un timo que pasará a la historia: su supuesta venta, una en 1925, plena primavera, y la otra un mes después.
El autor, Victor Lustig, maestro del engaño y timador de profesión, aprovechó que por esos años la torre representaba un gasto estatal enorme, además de una molestia, y concibió un plan con el cual esperaba reunir una pequeña fortuna: suplantar un funcionario público y ofrecer la Torre Eiffel a un grupo de empresarios.
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El éxito del proyecto fue tal, que André Poisson cayó y entregó a Lustig una cantidad enorme por la estructura de acero. Pero esto no fue todo. Empleando las artes oscuras de la mentira y la estafa, Lustig consiguió más dinero “confesando” a Poisson que como empleado del gobierno en ocasiones aceptaba sobornos. El resultado: comisión por la “venta” y la misma “venta”.
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Lo chistoso del asunto es que André Poisson no denunció el robo ante la policía por temor al ridículo y burla de sus amistades, lo que permitió a Lustig y a su cómplice, Robert Arthur Tourbillo, conocido como Dan Collins, tomar un tren a Viena y gozar de una valija repleta de francos.
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La segunda “venta” se da 30 días más tarde, seguro cuando Lustig derrochó sus “ganancias”, y emplea idénticos móviles: suplantación, credenciales falsas, citas a magnates del acero y la supuesta necesidad del gobierno francés de deshacerse de la torre. Sin embargo, en esta oportunidad Lusting fracasa y la treta cae (la nueva víctima consulta con las autoridades la autenticidad de la oferta).
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En 1947, el hombre que “vendió” la Torre Eiffel en dos ocasiones, Victor Lustig, murió luego de pasar un tiempo en Alcatraz, esa prisión norteamericana que inspiró películas como La roca de Michael Bay y La fuga de Alcatraz protagonizada por Clint Eastwood.
Nos despedimos este domingo con esta anécdota constructiva, que si bien es un relato breve de un hecho curioso, también demuestra que la construcción y arquitectura inspiran ideas muy particulares. Visite, comparta y discuta los contenidos diarios de ConstruyoRed, la red social de la edificación.
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