¿Óxido en las construcciones? Tal vez es momento de empezar a usarlo a favor.

Las fachadas deterioradas, oxidadas y un poco descuidadas, pocas veces entran dentro de los márgenes de estética que hemos definido durante nuestra vida. Sin embargo, el concepto de belleza y de estética se enfrenta a constante cambio, por tanto y aunque pueda ser difícil de creer, este tipo de fachadas se están volviendo tendencia en el mundo de la arquitectura. ¿La razón? Hacer visible el paso del tiempo.

En las viviendas y construcciones así como en nosotros, el paso del tiempo hace mella, y aunque implementamos métodos para que no sea visible, o incluso para evitarlo, los arquitectos decidieron verlo como una oportunidad, y empezaron a usarlo a favor.

Ahora es posible ver construcciones hechas en diferentes materiales como el acero corten, laminas recicladas y el cobre, con colores, texturas y atributos particulares por el óxido que se ha formado en ella, que de forma natural - y también controlada de forma artificial - les ha regalado un look diferente, pero guardando la esencia única de cada construcción.

Aunque el óxido que conocemos suele tener una coloración rojiza, tanto en el cobre y en sus aleaciones con bronce puede formarse el cardenillo, un tipo de óxido que le da un tono azul o verdoso a las láminas, un color tan atractivo que suele dejarse sobre las superficies. Como dato curioso, el color que tiene la estatura de la libertad no es su color original, su color azulado se debe al cardenillo.

A pesar de que es una buena idea para implementar en construcción, no todos los metales son aptos para que esta técnica sea usada y los pocos que se pueden implementar, deben de someterse a un tratamiento para que el óxido no provoque corrosión que degrade el material.

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